miércoles, 7 de noviembre de 2007

Gerardo Delgado… libertad, pasión y energía de la danza


Por: Fritzi Mazari — 2 de Noviembre de 2007

“En nuestro trabajo la historia y la anécdota quedan en un segundo término, lo importante para nosotros es que el público vea las impresionantes posibilidades que tiene el cuerpo dentro del nuevo lenguaje contemporáneo”, Gerardo Delgado.

Con una breve ceremonia donde se escucharon los aplausos –más espléndidos para las bailarinas, que para el homenajeado- por parte de familiares, amigos y compañeros, se llevó a cabo una merecida celebración para recordar a Gerardo Delgado…

“Recuerdo al movimiento de Gerardo Delgado” fue el título de este homenaje que, el pasado lunes 29 de octubre, la Coordinación Nacional de Danza del INBA, coreógrafos y bailarines -que compartieron algún tramo del trabajo creativo del bailarín- ofrecieron como un ejercicio de cariño y memoria a quien fuera uno de los exponentes fundamentales de la joven danza contemporánea mexicana.

Gerardo Delgado, esclavo y amante de la danza, se distinguió por el empeñoso desarrollo, férrea disciplina y atrevimiento escénico que caracterizaron la concepción de cada obra que escenificó.

Al principio de su quehacer coreográfico fue muy intuitivo y trabajó con coreógrafos mexicanos como Marco Antonio Silva, Esther Lópezlleras y otros tantos que le marcaron las bases de la creación escénica, tratando de buscar un lenguaje propio, cuyas influencias eran el cine, la literatura y la televisión.

Posteriormente, tuvo la oportunidad de evolucionar y residir en Nueva York, donde estudió y bailó con Nancy Topf y Sara Pearson, así como se involucró con la técnica release, misma que como el expresaba: “me permitió convertir mis ideas en movimientos”.

Así, proyectos como Datura inoxia, Los pájaros vuelan con los ojos reventados, Cuando abrazas el agua o Axis lo llevaron a ser reconocido en los círculos que se ocupan del quehacer dancístico en nuestro país, como el primer lugar en el Premio Nacional de Coreografía Infantil SEP-INBA 1988; el segundo lugar en los IX, XX y XXI Premios INBA-UAM –el cual le significaba un verdadero acontecimiento-; y los primeros lugares del VI Festival de Coreografía Iberoamericana.

Con una carrera de más de 25 años, la cual se cruzaría en su pensamiento a los 16 años cuando acompañó a su hermana a una audición y para su sorpresa fue él quien quedó para iniciar su formación, para Gerardo –quien falleció el 22 de octubre de 2006, en Quito Ecuador- la permanencia en el escenario mexicano se debía a su fiel propuesta, basada en el aspecto físico, a través de la cual trabajaba temas abstractos o existencialistas, alejados de la problemática social.

Orientado por una técnica propia que llamó “release latino”, para Delgado, quien fue uno de los miembros más jóvenes del Sistema Nacional de Creadores de México, cofundador de UX Onodanza y gran artífice de la creación coreográfica, su gran logro fue la fundación en 1990 de su compañía de danza contemporánea: En Dos Partes -nombre que evoca la dualidad humana en que creía-, por la que pasaron varias generaciones de artistas como Claudia Lavista, José Rivera, Tania Pérez Salas y Alicia Sánchez, entre otras.

Su talento lo llevó a colaborar con el Ballet Ecuatoriano de Cámara, una relación satisfactoria donde prevaleció, además del profesionalismo, su muy personal frenesí por la creación misma que plasmó en cada una de las coreografías que desarrolló con este grupo, el cual le ofreció la oportunidad de extenderse a otras latitudes con proyectos como Mundo feliz, Amor y vida, Paraíso terrenal y Vida, en ella, última obra que estrenó con este grupo -con el cual se desarrollaba como coreógrafo residente en el momento de su muerte-, donde Delgado ofrecía un lenguaje corporal basado en las sensaciones y emociones de cada ser humano, mediante el movimiento.

Con el escenario del Teatro de la Danza como testigo de una noche donde a través de las emotivas palabras del maestro Héctor Garay –quien, como dijo, profesaba y profesa, además de una sincera amistad, una admiración hacía su trabajo-; la proyección de un video retrospectivo de la trayectoria de Gerardo, realizado por Sergio Jalife; la exhibición de un fragmento de la última entrevista que Gerardo concedió a Elizabeth Nochebuena para el proyecto de investigación “Vestigios del porvenir” y la interpretación de la obra Axis por parte de los bailarines Andrea Zavala, Marina Acevedo, Francisco Carrera, Luz Vargas, Geovani Pérez, Lizeth Campos y Ericka Canseco; esa fría noche capitalina donde amigos que quisieron estar presentes y ser partícipes de esta honrosa, aun cuando no fabulosa, fiesta que celebró el trabajo de un artista que como consta en el comunicado de prensa que emitió a su muerte el Ballet Ecuatoriano de Cámara: “Gerardo comprendía y comprometía su vida a la danza, creía que ella es el único camino a través del cual podemos comunicar nuestras emociones, por ello vivía intensamente con el único placer de crear constantemente”.


Cortesía de la Revista Interescena